martes, 13 de abril de 2010

Prefiero matemáticas que religión.



Nunca me gustaron las matemáticas, soy malísimo, a duras penas puedo dividir por una cifra, ese señor Baldor lleno mi juventud de problemas, en mis relaciones afectivas los binomio se convierten siempre en triángulos escalenos y mis amigos generalmente me han inducido a círculos viciosos. Por eso cuando salí del colegio, me prometí no volver a ver matemáticas en mi vida, huir de las ecuaciones logarítmicas, y en el peor de los casos, o sea en la política, adherirme a las ecuaciones independientes, y esto sólo porque yo para las matemáticas manejo funciones primitivas.
¿Entonces? Porqué sumar mi voto a Mockus, si es más matemático que político, y muchas veces, lo único que entiendo de su discurso, es que está hablando en lituano.
¿Qué será lo que tiene Antanas? Será que su manera de dar la cara es sacando el culo, que su discurso a veces es una incógnita abstracta a la que los escépticos y antipiréticos prefieren acuñarle el término “verborrea” para no aceptar su ignorancia matematicofilosofica; será su amor por los elefantes de verdad y no por los samperistas; será sus mensajes de honestidad al devolver dineros públicos, lo que a los colombianos vaciados, tan sólo 42 millones, nos parece tan honesto, pero tan, tan bobo; será la falta de los mimos en la séptima porque ya nos aburrieron las cebras; o será simplemente que a él lo veo más como un mínimo común múltiplo que como un máximo común divisor.
No sé, a veces las parábolas de Antanas me generan más problemas que soluciones, pero en definitiva, prefiero una clase de matemáticas en la casa de Nariño, que una de Religión. Para esas si fui caso perdido, y cómo a mi no me gustan los dogmas ni las verdades absolutas, prefiero no prenderle velas a los Santos.
Eso sí sería grave. Mis clases de religión siempre fueron un fiasco, el profesor que las dictaba era conservador a ultranza pero vestía de jeans para acercarse más a los jóvenes, sin embargo, uno tenía que pensar como él, o si no, él le hacía la guerra hasta que uno perdiera la materia y de paso la dignidad; era hipócrita y siempre nos metió por los ojos el antiguo testamento, donde todos mueren o se van en el éxodo.
Si, prefiero la antigua Grecia al antiguo testamento.
Ahora, Antanas es como una buena clase de trigonometría, al igual que todos, está lleno de problemas, pero generalmente busca una salida lógica y coherente, aunque sus problemas, en definitiva, son mucho menores que los de sus compañeros de contienda, que juntos suman más para dividir que para multiplicar.
Sé que a Antanas le faltan muchas cosas, pero le sobran otras: compromiso, honestidad, ética, lógica, transparencia. Así que si no es ahora y no nos decidimos por él, este país seguirá en su infinito hoyo negro.
Mockus no es la salvación, y eso es claro, y por eso mismo, tampoco creo que debamos convertir a Mockus en otro presidente pontificado; sí, debemos apoyarlo, pero para que sume, no para que nos vendamos los ojos otros ocho años.
Votaré por Mockus, por encima de mis amigos anti neoliberales a ultranza; votare por él porque los otros candidatos me dan salpullido: Noemí es como una monja con bragas “falsa”; Petro es un cuentero mamerto del 85 apoyado por un partido político que se volvió la bolsa de empleo de los lagartos de izquierda; Pardo es un niño rico y hasta simpático pero sin amigos, si es que ni el papá lo quiere; Vargas Lleras es un jugador de extrem games, pero todos juegos bélicos de extrema derecha; Y Santos, ay Santos, Juan Manuel es como un transformers de la oligarquía, tiene piezas de todos pero no es ninguno. Es como un carro enchulado, un chasis con lo peor de los Uribistas, Liberales y Conservadores. Un tanque blindado que pasa encima del que sea para alcanzar sus objetivos, un estratega de lo ruin, un Santo de ninguna devoción. Un bobalicón.
Si, entre las clases de burocracia, politiquería, culinaria, croché, balística y contaduría pública. Me quedo, de lejos, con las de matemáticas.
Finalmente, prefiero ponerme verde de la ira, que blanco de las balas clandestinas y estatales.

2 comentarios:

  1. Realmente es un muy buen argumento para votar por Mockus. Sólo tengo una pregunta: ¿Cómo puede ganarle el voto de opinión honesto de Antanas al voto comprado o amenzado de Juán Manuel?

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