martes, 25 de enero de 2011

¿Tetica o cerveza?



Por: Diegomateus
25 enero de 2011

El 30 de agosto de 1998 en el periódico El Tiempo apareció una entrevista en la página 10B, cuando las páginas de El Tiempo tenían nomenclatura de buses de Transmilenio; del cantautor francés Manu Chao. En la entrevista, Manu habla sobre la experiencia del expreso del hielo, un viaje por la Colombia desarraigada del Magdalena. De la entrevista, particularmente me interesa el siguiente aparte:

ElTiempo: Por qué un buen grupo de rockeros, ex punkeros, terminaron haciendo una investigación étnica, como The Clash, David Byrne y usted?

Manu Chao:…Fue una cuestión de época, hubo mucho tiempo en el que el mundo estaba escuchando música de Estados Unidos o inglesa, era muy buena música, pero con el tiempo la fuente se fue agotando y comenzaron a mirar para adentro. Para mí, cuando estábamos en el expreso del hielo y uno se encontraba por Gamarra o Aracataca un grupito de vallenato, a las 3 de la mañana, con la mente bien caliente de aguardiente, era puro punk. Era una energía muy fuerte.

En 1994 se edita el disco Valentín Alsina de la banda más importante del punk argentino, "2 minutos" su segundo track se titula canción de amor, dedicado al amor frenético de la banda por la cerveza. Su letra dice:

Yo que estoy enamorado de vos, desde hace mucho tiempo, me gusta tu cuerpo esbelto, pero más me gusta lo de adentro, muchas veces me di vueltas por vos y en muchas dadas vueltas, mas yo tendré, siempre te he sido fiel, pero vos conmigo no lo sos, Cerveza....yo te quiero, Cerveza....yo te adoro, Cerveza....yo te quiero, Gracias....yo te adoro…

Y en el medio de estos dos sucesos punkeros, o sea, en 1996, nace en San Juan de Miraflores Perú, Wendy Sulca Quispe, o la pequeña Wendy. Cantante del folclore peruano y fenómeno de Youtube.

Bueno ¿Y la conexión con estos tres sucesos?

El sábado pasado, o sea el 22 de enero, porque dentro de dos semanas ya no será el sábado pasado, asistí al concierto de la pequeña Wendy, enmarcado en el Festival Centro, en el auditorio de la Fundación Gilberto Álzate Avendaño.

Los asistentes eran en su mayoría, delgados chicos de bigote posmoderno y pinta de que no trabajan en la vida o que sus trabajos son toda una choco aventura, acompañados de niñas que emulan vanamente a Amy Whinehouse y Bjork , uno que otro pseudo intelectual, locutores radiales experimentales, gente del jet set subterráneo, universitarios, extranjeros de raíces anglosajonas, investigadores sociales, publicistas, artistas plásticos, fotógrafos, bailarines, músicos, 6 hippies trasnochados, el doctor Rock y un comediante de poca monta, yo. Lo raro, es que no era un concierto de Rinoceroce, Air o Masive Attack, sino de la pequeña Wendy. A simple vista, o mejor, a simple oído, uno espera encontrar en un concierto de Wendy asistentes como el dependiente de la cigarrería La azucenas del barrio Restrepo, el vigilante del almacén el TIA, ecuatorianos vendedores de sacos, empleadas del ONLY o villeros peruanos camuflados.

¿Esnobismo, investigación social, burla o curiosidad mediática? Qué hizo que este selecto tipo de público estuviera primero en una pollada, para que luego, muchos de ellos, remataran en el bar Penélope, el concepto de la rumba glamur en Bogotá, como reza su slogan.

En mi caso, junto con el grupo de vándalos intelectuales con los que iba, nos movían dos cosas para ir: uno, curiosidad, dos, diversión. Con la segunda, no nos equivocamos, nos divertimos como enanos, aunque no sé muy bien como se divierten los enanos, será mejor decir, nos divertimos como si pateáramos enanos, y con la primera, la curiosidad, curiosamente curiosa, se convirtió en admiración.

La pequeña Wendy, parafraseando la canción, con tan solamente 14 años ahora, demostró que es más que la estética Kitsch de su vestido y que la pobre producción de DANNY Producciones de sus videos.

Antes de que el pequeño fenómeno peruano de marras saliera al escenario, el esnobismo y la burla eran parte esencial de la sala. Había cierto tufo de fiesta de niños bien que toman yagé porque es fashionista, pero apenas se abrió el telón, como en la opera, la energía se transformo.

Antes de salir la futura Shakira peruana, apareció en escena un animador sacado de un bazar del callao. Una especie de Jorge Barón pero de caderas que no mienten y saltos de caballito trochador que puso, literalmente, a trochar a todo el mundo, presentando después a la esperada invitada.

La niña, ya no tan niña, pero tampoco tan madura, deslumbro con algo que sólo tiene los artistas genuinos sin importar si son Bono, Sting, Iggy Pop, Juan Luis Guerra, Raphael o Alfredo Gutiérrez, talento y carisma.

Poco a poco el tufo de esnobismo, la curiosidad maquiavélica, la burla inicial se fue transformando en una alegría frenética.

¡¡Puta!!…¿pero por qué me siento tan feliz, si estoy en un concierto de Wendy Sulca… esta vieja no es The cure?

Bueno…. todos tenemos nuestro lado villero supongo.

Claro, sus letras aún me parecen algo desfasadas, primero porque está muy grande para estar tomando teta, y segundo porque está muy pequeña para estar tomando cerveza, sus dos grandes éxitos, pero bueno… dignos himnos para borrachos de esquina que quieren una agria y viejos verdes que añoran una teta… quizás también un poco agria.

Pero aún, como si no fuera suficiente la sorpresa de tan buen concierto, terminó con lo que nadie se imaginaba, creo que ni siquiera ella; cantó, con pista, la versión en español de Like a virgin de Madonna. Sí, la misma que lanzó a la fama mundial a Madonna en el 84, la misma que cantaron Britney Spears, Christina Aguilera, Maddona y Missy Elliott en los MTV del 2003, la misma que es el icono de la rumba gay, la misma que habla de lo hermoso que es perder la virginidad; y cantada por quién: por la misma que se le hace agua a la boca la tetica de la mamá, la misma que quiere tomar cerveza para pasar la tusa, la misma que canta con la octogenaria Tigresa del oriente y el abnegado Delfín la canción de Israel desconociendo la lucha palestina, la misma que tiene más de 4 millones de visitas en sus videos en Youtube, la misma a la que le he hecho rutinas de stand up, la misma que nos cayó la boca a todos en el festival centro.

Escuchar Like a virgin en voz de la pequeña Wendy, era como escuchar cantar a Sid Vicius My Way, la canción que popularizó Paul Anka y Frank Sinatra, o ver cantar a Vicentico Los caminos de la vida de Los Diablitos, pero esta vez, con la irreverencia reverencial de una niña que está en noveno grado en un colegio no bilingüe y que sueña algún día llegar a listas Billboard.

Viví una pollada, tan ridícula como lo puede ser el festival de la chicha para un catador de vinos, tan vergonzante como lo puede ser una corraleja para Juan del Mar, pero tan divertida y auténtica como un pogo de La Pestilencia. Lo que me indica que La Tigresa, Wendy y Delfín son tan colombianos como Marbel, nuestro icono masivo más popular, la mujer más criticada en Colombia y protagonista de la novela, que contó su historia, más vista en el 2010 en nuestro país.

El esnobismo, terrible enfermedad de la clase media.

la versión de Like a virgin, el coro de cerveza, cerveza, la imagen de la teta en boca de Wendy, las amistades animalescas como Delfín y La Tigresa, la pola que nos tomamos a la salida del concierto escuchando un Jam Session pero no de de jazz sino de djs, me llevó a pensar que Manu tenía razón, que más allá de mis amigos punkeros a ultranza que sólo escuchan La Polla Records, Misfits, anarcopunk, Sex Pistols, Ramones, Patti Smith, Exploited y Dead Kennedys, Wendy es tan punk como los cantantes de vallenato en Gamarra, que su canción de la cerveza es tan punk como la canción de 2 minutos, que su popularidad a punta de Youtube es tan punk como la publicidad viral, que su vestido kitsch es tan agresivo como la cresta de David Viola, vocalista de la banda emblemática del punk nacional, IRA.

Wendy, una cantante de polladas que hace punk…aunque ella, no lo sabe.

http://www.youtube.com/watch?v=vd1EmoatOiE&feature=related

1 comentario:

  1. Bastante bueno! La ironía por delante no? Deberías contarlo en los comediantes de la noche.

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