Léalo muy bien porque sólo lo voy a escribir las veces que sea necesario. Att: Elmandelapluma
jueves, 6 de mayo de 2010
Si ves niño Abadía, por malcriado.
…Yo quiero que a mí me quieran… yo quiero tener un nombre….
Los niños no se pueden meter en las cosas de los grandes.
Abadía es un niño lento. Ese niño que quiere ser amigo del niño político, del niño malo, del niño ladrón, de la niña modelo. Y por eso, presta el juguete, presta la plata, presta la cicla y presta la casa; y los amigos, que no son tan amigos, le dañan el juguete, le roban la plata, le dañan la cicla y le destrozan la casa.
Pero Abadía es un niño bueno, de esos que le hacen caso al papá. Porque eso le enseñaron desde chiquito, y su papá, Don Carlos Abadía, que aún tiene 8000 mil cosas que contar y 8000 pesitos que nadie sabe de donde salieron, le dijo que hiciera caso a los caciques y caso… omiso, a la justicia, esa señora ciega y coja que poco viene por acá. Esa misma con la que lo amenazaban en los cuentos de antes de acostarse y que le decían que si se portaba honestamente, se lo iban a llevar en un costal… y vea, tal cual.
Abadía es un niño emprendedor. Por eso la emprendió contra la prensa, contra la izquierda, contra la educación, contra la justicia, y por eso, se emprendieron las alarmas contra él.
Abadía es limpio, no es muckoso, porque en casa, siempre le enseñaron a lavar bien.
Abadía es un niño de buena familia, que ahorra de su mesada para pagarse los gusticos de fin de semana, por eso se gastó sólo $ 9.683 millones de pesos para autopublicidad. Ay, es que es tan bonito salir en televisión.
Abadía esta enfermito, por eso le hicieron exámenes de ADN para saber que tiene, y tal parece que le descubrieron esquizofrenia populista, que es una enfermedad autoinmune y autopublicitada, por eso, una enfermera rubia y despampanante, le da góticas de PIN cada ocho horas, cantándole una nana para que no le sepan a feo, que dice así: - A ver, a ver mi niño, tome PIN y dispare PUN.
Claro, todo por un Valle seguro.
Abadía es un niño que le gusta el tete fuerte, por eso toma en su biberón aguardiente, que es buenísimo para los niños cañeros de cuello blanco del valle.
Abadía es un niño que le gusta el juego del Monopolio y cuando grande quiere ser negociante, así que en el juego negocia con alcaldías, votos y pre vendas, pero como es niño todavía, juega tan mal, que por eso no le salió bien lo de telepacifico ni lo de las reuniones con otros jugadores; pero él no dice nada, como es tan pacifico.
Abadía es un niño que va a conciertos, pero como no le gustan los tumultos de esa gente del pueblo, él hace sus propios superconciertos, como el del pascual guerrero, que fue comprado y pagado por él. Y tan saludable y agradecido el presentador del concierto, que cada dos palabras lo saludaba y le agradecía al niño Juanchito.
Abadía es un niño que no le gustan los toros porque le dan miedo, pero en cambio, le fascinan los discursos y la pólvora, y como tiene que ir a los ruedos, entonces, muy inteligente, combina las tres, por eso hace discursos en las plazas de toros con mucha, mucha pólvora.
Abadía es un niño bueno con malos amiguitos. Como ese niño que conoció en el kínder de la casa de Nari, si, si… ese Andresito pipe Arias, que lo mete en líos, y luego, como todo niño malcriado, se esconde debajo de su tío Alvarito para no dar la cara.
Sí, Abadía es un niño bueno, pero muy, muy tonto. Por eso todos se aprovechan de él, le prometen y nadie le cumple; el papá abusa de él y le paga con papás de paquete… chileno; sale con modelos pero ellas después no le contestan ¿será por feo? se toma fotos en revistas pero se ve gordito, y los niños gorditos son como esa niña ONU, que es amiga de todos pero nadie la respeta; habla en radio y no vocaliza, y en televisión siempre da la cara, aunque a veces, es mejor que dé la espalda, como a él, que todos le dieron la espalda.
Ay mi niño, y ahora castigado diez años por indisciplinado. ¿Es que no has visto lo que le pasa a Bart, ni a Daniel el travieso, ni al niño ese Andresito? Bueno, si ves, los profesores te lo dijeron pero no hiciste caso, ahora, a pagar el castigo y sin llorar, que al fin y al cabo, ya no eres tan chiquito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este man ya debería quitarle el cargo a Samper Ospina. Muy buena columna.
ResponderEliminar